En aquel libro
estaban las leyendas
que un día vi.
Cuentos sublimes
de plumas y escritores
de muchos sitios.
Hoy los recuerdo,
me llevan a la infancia
sin darme cuenta.
Campos extenso
con firmes caballeros
y con princesas.
Mares oscuros
con barcos de cristianos
y de piratas.
Y en medio yo,
lector de poca monta,
barbilampiño.
Hoy me estremecen
recuerdos y momentos
inolvidables.
Fui caballero
luchando por mil causas
y mil amores.
Y fui aquel niño,
del que hoy me enorgullezco
y tanto añoro.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/04/20