Suave en la
Calidez de la
Tarde su cola
Daba vueltas
Alrededor de
La mesa, su
Lomo suave y
Peludo se contorsionaba
Graciosamente
A los pies de su amo
A través del vidrio de
La ventana vio un
Gorrión que picoteaba
Algo en el suelo
A lo que se lanzó
Sin escalas a atraparlo
Su amo no pudo hacer
Nada más que dejarlo
En penitencia ya que
Por hambre no cazaba,
Ahora sus instintos no
Reprimia, en un parpadear
Se mostró nuevamente
Dulce y sus bigotes extendidos
En señal de disculpas
Hizo que le abriera la puerta
Para seguir tiernamente
Acurrucado en su sillón
Preferido...