Sí, te recuerdo amorosa
ya marchita por el tiempo
y te perdí como rosa
que transita como lempo,
que volando por los vientos
yo renuevo con dulzura,
vas besando los alientos
si me atrevo con ternura,
a traerte hasta mi mente
donde habitan esos quiebres,
para olerte yo tu frente
que dormitan los orfebres,
del amor ya procurado
producido sin quererlo,
con el dolor angustiado
y sufrido sin tenerlo,
tan presente, tan cercano;
no te olvido madre mía
tan ausente, tan lejano,
he vivido día a día
tu partida con tu ausencia,
en el cielo tú figuras
no sufrida y con clemencia,
es mi anhelo con finuras
en las nubes como alfombra;
y te pienso muy dichosa
tú te subes y me asombras,
con aroma de una rosa.