Me puedo hundir dentro de mí
Y nunca sé si hay algo más,
Arreglando lo que rompo
Y rompiendo lo que arreglo por ti.
Ese alguien más, sumergido en si.
Por esos hoyuelos
Me izaría como globo de helio
Ascendiendo a la deriva hacia el cielo
Y cayendo en picada al encuentro
De la cúpula punzante
Tacto de cardo
El abrazo del cactus
De los afilados rascacielos.
De aquellos hoyuelos
De ojos diamantinos
En procedencia Ramalleros
Con ondinas en sus lagunas
Y precipicios en sus cerros
Hay cualidades que vistas
Desde esos oclayos
Todos sus valores equiparan a cero.
Aquellos hoyuelos
Como grutas de desgracias,
Sonríen horizontales
En mis deslices verticales
Hacia sangrientos matices
Del globo desinflado
Desmoronado por los suelos.
Latex desparramado
En todas direcciones
Impregnado en las personas
Cada parte faltante de mi
Aluminio conferido
Para que ilumine en ti
Faros de las ciudades.
Que detestaste porque también
Te han señalado
La arquitectura de ruindades
Desde todas tus edades
La alergia al bien estructurado
El dios nórdico del engaño
Su segunda cara te ha ofrendado.
Y con el mórbido dedo
Me apuntas y disparas
Desde las altitudes
Haciendo de mis curvas
Hacia ti dispuestas, oquedades.
Seremos
Dos seres desconocidos
Que perfectamente
Se conocen.
O dos seres perfectos
Que se desconocen.
O tan solo
Dos seres
Que desconocen
Lo perfecto
Y por eso se conocen.
En la franja de tus hoyuelos
Zona restringida
Hago granja y allí cultivo de afectos.
Mis encantos de artilugios.
Nunca podrías, conmigo hacerte el frío
Contra un glaciar chocarías
Pequeño cubito derretido y ahora rojo.
Por los besos anacarados
Que exaltan tus pasiones y enojos
Aunque sean fidelios.
Tienes el mapa perfecto
Para tenerme
Para blandir dos seres
En un solo lecho
Y aun así esparces canela
Impidiéndome anidar en tu pecho
Y abrazas solitario el despecho.
Siendo que la suerte
En nuestras manos
Entrelazaba nuestros caminos
Siendo que la muerte fue echada
Para que dormites cerca mio.
Tengo el mapa perfecto
El esquema de todas tus reacciones
Sé como implosionarte,
Tu sentir de granadas,
Llenarte de protones
O quemar tus umbríos electrones
Aun sin tocarte las carnes
Aun tejiendo tus emociones.
Con los labios se sellan los pactos
Sin clausulas de anulaciones
Sé cuando comenzó
Y sé que no terminará
Porque lanzamos la piedra
En el punto exacto del río
Y este cambiará
Su curso para siempre.
Te entrego mi cabeza
En una bandeja
Y mi corazón
En una balanza,
En una oda al exclusivo
Rey de mis latidos efusivos
Porque sos el único
Ario digno de mi confianza.
Tenes un alfiler
A un centímetro de mi ojo
Y no me moveré
Podrías dañarme pero sé
Que nunca lo harías.
Y yo nunca podría
Cerrarte la puerta
Porque ya estás dentro de mi
Y cuando quieras estar conmigo
Solo deberás encerrarte
Dentro de ti.
Dedicado a tus hoyuelos
Tus lunares y tus ojos de diamantes
Mis románticos desvelos
Y cada uno de mis instantes,
Ya sea aquí
O en el derredor
Yo te confiero liberto
Como el viento a la flor
Mi verdadero amor.
JULIETA IALLORENZI
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