Apenas, un balbuceo la noche
todos sus brazos embarrancan en mí
la noche tan larga que parece una cabellera
inflamada por tanto pecio contrario
donde la marea baja, y se transforma en silencio.
Apenas, sí, la noche, un murmullo místico
el pan atragantado en la boca, el agua azul
convertida en semilla, girasoles que multiplican
su anhelo amoroso, tierra abajo.
Yo amo a la noche por su brisa, ceniza de
otros tiempos, constante inquieta que fragua
su clepsidra de arena.
Sin forma ya la noche, estrella o rastro exiguo
de la mañana-.
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