Cuando nos equicocamos,
la vida suele teñirse de gris,
y a veces no te logras percatar de que tan gris es.
Hasta que despiertas un domingo
y sientes el reflejo del tiempo que pasó.
Desaprovechado en decisiones apresuradas
de fórmulas incorrectas de vida.
Tu amistad y compañia llenaron de colores mi vida.
Tu apoyo estuvo ahí, aún en los tiempos más difíciles.
Y fui la persona más afortunada por tener ese regalo.
Solo lamento haberla dada por hecho,
por que así fue,
a veces no te das cuenta,
De que lo mejor que te ha pasado en la vida,
está ahí, sentado al frente de ti.
Y esta bien, reflexione al despertar,
Y puedo decirte con seguridad
Que no importa donde estés,
O que no me hables,
O que no exista para ti,
O lo que hagas,
O con quien estés,
Yo siempre, te amaré.