Menesteo

Mi mejor amigo

 

Mi mejor amigo

 

De oscuro azabache

está mi morada,

cuando yo despierto,

con luz apagada.

Mi libro moderno

yo enciendo en la noche

como amigo eterno,

sin hacer reproche.

Mi voz sosegada

al libro lo aclama,

que calma mi insomnio

cada madrugada.

Una luz muy tenue

sale del cristal,

que apenas me da,

para yo leer.

Un suave cojín

alza mi cabeza,

que en noches sin fin

lectura comienza.

Yo tengo por libro

una librería,

por su aroma vibro

cuál floristería.

Inmenso catálogo

de hermosas novelas,

son hojas que vuelan

cubiertas de halagos.

Allí todos ellos

están esperando,

un blanco destello

muy de cuando en cuando.

Llevo sin reproche

un ingrato insomnio,

pasando la noche

en mi manicomio.

Me cuentan historias

que matan mi sueño,

mientras yo risueño

giro cuál la noria.

Según voy leyendo

las hojas del libro,

por momentos vibro

por ver el final.

Una linda historia

llenita de intrigas

y muchas fatigas,

pendientes de gloria.

Pero al ser tan larga

aquella novela,

el sueño me llega

estando yo en vela.

Apago mi libro,

lo dejo en reposo

sobre mi mesita,

tendido y gozoso.

Duerme la mañana

sin ser molestado,

pero yo he quedado

con la mente insana.

A mi me dan ganas

de tirar el libro

por una ventana,

yo pienso y calibro.

Mejor me lo quedo

cuál buen compañero,

que en noches de insomnio

lo abrazo y lo quiero.

Mi mejor amigo

en la madrugada,

lo enciendo y le digo

en noche callada.

De nuevo otra vez

junto a mi almohada,

mi eterna vejez

contigo abrazada.

Eres fiel amigo

de mi eternas noches,

cuales dos mendigos

sin hacer reproches.

Yo voy avanzando

entre la penumbra

y voy deshojando

hojas que vislumbra.

Al cabo del tiempo

el libro se acaba,

de nuevo prorrumpo

y otro comenzaba.

Es mi eterno libro

una biblioteca,

que disfruto y vibro

cuál el mismo Séneca. 

 

José Ares Mateos