El tiempo se viste, vencido, con la textura de tu piel,
Y el aire insondable, rendido, se impregna de tu aroma.
La distancia no sabe de abrazos,
Se viste de ausencia, abismal, ante el vacío de tu mirada
Todo es soledad, en la noche del desierto
Un suspiro que brota, al contemplar la estrella inocente
Para delinear tu contorno,
Para condicionar el recuerdo
Una párvula boca que viste de cielo,
Declarando el anhelo en todo momento
Una mirada furtiva entre el azul y mi alma
Para verte llegar, entre mi carne y mis memorias
Voy a verte llegar, vas a verme ingresar
Confesando el amor y el deseo
La distancia y el tiempo no saben
el ansia que inflama nuestro corazón