Pocas veces se conoce de aquellas personas que,
con su presencia o, incluso su recuerdo,
pueden calmar la mayor de las tormentas, y
sofocar el peor de los tinieblos.
De aquellas que con solo una palabra,
o muestra de aprecio,
te devuelven a la vida.
Pocas veces se conocen de aquellas que
transmiten tranquilidad e irradian belleza,
y no por belleza he de referirme a
su apariencia solamente, aludo, por el contrario,
a su alma.
Pocas veces se conoce de aquel ser que
en su totalidad es
sencillamente perfecto.