… Tuve ganas de empaparte el deseo y desabrocharte la piel,
con el aliento de lo que escribo. Tuve ganas que,
el silencio tan soledoso de esta noche,
me llenara con los recuerdos de tu voz dulce
y, sin prisa yo me vistiera con tus palabras,
esas que se adueñan de mis placeres
al pronunciar tu nombre…Amado mío.
Tuve ganas que, el bullir de tus apetitos formara
constelaciones en el cielo de mi espalda
y que la noche al ser testigo... nos envidiara.