Del arte realista de los años pasados
todo tenía que ser una imagen real.
El siglo xx trajo esos sueños bordados
y con más libertad nada antinatural.
Teléfonos, paraguas y sol azul del cielo;
el imperio de la luces; el jardín sombrío;
Misterio y melancolía de una calle...de lío.
Albedrío de imaginación como modelo.
...Y no me cansó el Beso con la Novena
ni la luz del silencio de un lado oscuro
y otro salón burgués escuchando la sirena;
es la duración apuñalada sin un futuro.
La llave del campo con pasaje ondulado;
los relojes blandos por el tiempo y el espacio.
La materialidad no se cuestiona despacio,
sino Estrellas en los sexos que hemos ganado.
Un equilibrista en perspectiva interior
con gente a través de la boca de escritor.
El alba sobre la ciudad y mujer al desnudo;
intrusos consagrados que me hace un nudo.
En este mundo de Hombre y Mujer
se expresa de manera una figura estática.
El caparazón de un escarabajo quiero ser,
tanto en el año 44 la impresión mecánica.
Sueño, pintura, lectura e indefensión:
una jungla primitiva y ventana del diablo
ilusionista en una fantasía que yo hablo.
Himno Surrealista ligada a la provocación.