A. Bea Ramirez

El pintor, el fotógrafo y el hijo del cantinero del bar [Fragmentos de una noche].

Entonces una tarde, 
por no decir de noche
tuvo la elocuente idea 
que le convenía como castigo 
a ese fotógrafo. 

Ese que le quitaba el sueño,
que le hacía volar 
y que a pesar 
de los maravillosos momentos

algo se había roto. 

Era una joven de aquellas 
que movían el piso a cada paso,
que sonreían y detenían el mundo
bajo ese lunar azulado.

Una mesa de aquel bar, 
sobre lo más privado del lugar,
y frente a ellos,

ella era una llama andando
bajo el fuego de sus piernas.


Pintor  aquel que perdió la razón y la fuerza
y que por ella,
volvió con el tiempo mas control

a sus emociones rotas.

Serio pintor pero fundido 
en su mundo de locura arrebatante,
aquel vivo problema de antaño,
no poder mirarla y ella,

eso le satisfacía tanto como gran orgasmo.


Por otro lado.

El hijo del cantinero del bar 
no le quitó la mirada ,
durante toda la noche

se respiró fuego.

Humo y fuego

 


Entonces le invitó a la mesa,

y ahí se encontraban hablando de tantos temas

el pintor, el fotógrafo 
y el hijo del cantinero del bar.

 

Bea Ramírez

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