La pluma entre tus dedos no se esconde
como no ocultas las caricias en tu piel
y los besos en tus labios
(tus poemas hablan a través de tus poros)
No disimulas el camino hacia tus brazos
ni escondes en tus senos los topacios
pero sé que en tus ojos sólo brilla
un poema alabastrino
y deshojado.
El deseo permanece entre tus versos
(y qué bueno diría yo) Que así te expreses
con esa prosa que en tus manos se desborda
y al leerlos
a otro mundo me transportan.