Eres tu la gran culpable
que se derrumbe mi vida
ignorando mi amor necio.
Me destruyes poco a poco
y me estoy volviendo loco
con tu insensible desprecio.
¿Sabes lo que es el afán
de acariciar tu figura
con ansia desesperada?
Es como estar prisionero
entre barrotes de acero
con el alma destrozada.
¿Porque tus ojos traviesos
su rayo hermoso me niegan
si son la luz de mis ojos?
Debes dejar tu arrogancia
para aspirar tu fragancia
postrado a tus pies de hinojos.
Con sus alitas quebradas
vuelan al aire mis besos
Cual mariposas errantes.
Quieren llegar a tu boca
que tanta pasión provoca
con sus mieles embriagantes.
¿Porque tus sedosas manos
esquivas con tanta prisa
cuando quiero retenerlas?
¡Si deseo ardientemente
de manera muy ferviente
con gran ternura acogerlas!
Por favor ya no lastimes
mi corazón afligido:
Permite que mis soñares
se cumplan en tus regazos
para abrigarte en mis brazos
con pétalos de azahares.
Autor: Aníbal Rodríguez