No soporto verte así. Tú tristeza me duele como la mía propia, y lo peor es que eres muy terco. Bien sabes que preferiría mil veces que lloraras en mis brazos, que hicieras humano ese dolor, pero esa manía que tienen los hombres de huir de las lágrimas como de la deshonra, me resulta incomprensible!
Quisiera tenerte a mi lado, mimarte.
Hoy estuviste solo unos minutos conmigo, estabas dando carreras del trabajo, ahora pienso que te estabas refugiando en tus faenas para ni pensar en Lea. A veces creo que no podrás soportar la separación de esa hija adorada y que vas a quedar mal parado.
Cada una de tus mujercitas y ahora el bebo son tu razón de vivir, amor. Si, yo sé que también yo, pero lo nuestro es diferente. Yo soy la niña de tus ojos. Tus hijas y el bebé son la sangre de tus venas.
Y esa sensibilidad tuya es la que me hace amarte más.
Cuando estoy a tu lado, es como si fuéramos cuerdas de un violín, suaves, melodiosos, armónicos, sensibles, tiernos.
Dios quiera que pases la noche tranquilo, imagino que el bebo te distraerá un rato. Te beso mi amor.
PD. Recuerda lo que escribió el poeta libanés Gibran Khalil: \"los hijos son como dardos, uno los lanza al mundo sin saber cuál va a ser su blanco\".