À Pere Gimferrer
Haciendo la inocencia de las arañas flojo debajo el falsete dos soldados de plomo miembros del tiempo una vez \"de noche\". Bailemos los vasos bañicos llenos de barro, puertas danzando espacios alrededor de espejos y luego la máscara ¡Qué milagro! Pisándole las nubes al Ícaro. Hogueras cerradas, relámpagos con ojos, espadas en cristales aluden figuras entre paréntesis… las piedras en manos ya viejas (la fotografía), estamos obligados a vegetables, un chiclé, las placas con cansancio y señales de carnero, un beso a nuestra soledad. La ciudad del \"no se sabe\" es una espada irreale con calles recién despiertas y cascabeles, una milenaria farándula antigua con canciones carrozas. Ya nos guiaron arqueros en los azulejos, es fácil langosta el cuerpo, del horizonte saqueado el viejo enseña la historia del ópalo, el champán flotaba en mitologías galantes, llovió magnolias niveas al parque: Quien presidía los tronos? Permaneció bajo las leyes aplicables la noche de hueso… chopos en llamas, cuchillos de heroes amarillos, una lápida de Chopin… es posible submarina otra leyenda con dragones chinos, al fondo, llegaron los cordeles de alambre. Soñé contigo dormiendo en la luna de plata, y el viento proyectó borrosas imágenes de tú amor en mis sueños. Cuando acordarmonos en una pantalla las sirenas dibujarán una infancia de orquídeas en Beverly Hills.
Créditos en la imagen: Roberto Rodrigues