La ausencia de tu verde mirada
suscita en mi ser un morado sentimiento,
como los destellos cárdenos de la violeta
cuando suspiran en el flébil soplo del viento.
Te alejaste de mí presurosa
como la fulminante luz de un rayo en el cielo,
ibas toda vestida de blanco,
envuelta en un níveo traje de terciopelo.
Tus cálidos carmines y tus dulces fragancias
se evaporaron en los labios del céfiro
y los ojos verdes que tanto me fascinaban
se confundieron con las olas del océano.
Los rojos corales de tus labios
se desvanecieron entre los rizos del tiempo
y la ausencia de tu verde mirada
me hirió de muerte con su violáceo veneno.
En las alas del viento