Tengo sed de sentires de arrogancia
de dichos escogiendo sus momentos
de pimpollos llamados pensamientos,
y de rosas llamadas elegancia.
De sueños que levitan a distancia,
de canciones que hagan sentimientos,
de estrellas que murmuren sus eventos
tengo sed de poesía de importancia.
Soy poesía infecunda como un juego
que corre entre las perlas de un rosario
y reza a Cristo cuando le conviene.
Soy la hoja de un infierno sin sosiego,
una canción de cuna sin horario,
un ruego silencioso de Selene.
Claudio Batisti