Con decoro y mucha tinta desencadenada mi mujer
me envía muchas rimas
sobre el más humano
y exquisito deber
Me arriesgo y exploro
el alfabeto de sus ojos
de sus manos, el reposo
de su miel, la placidez
Mientras
tiemblo
rujo,
imploro
y la
dorada
baila,
ríe,
canta