Se tuerce la vida
no era como ahora:
desperdigadas palomas,
dispersas hojas,
no estamos cerca,
ni juntos, ni abrazados.
Partí sereno, radiante,
sonriente, optimista,
y el hado del tiempo,
dramático y oscuro;
ensombrece mi frente,
apaga mi risa.
Duele que te quedes,
duele que me vaya,
duele este silencio,
que con tanto ruido
inunda mis sentidos
por mucho que lo calle.
Sentado mirando al mar,
todo me lleva a ti;
los barcos que navegan,
las luces, las gaviotas
y la luna llena
que en sus ondas riela.
A veces te mando besos
en esos buques grandes,
que surcan los mares
hacia donde nunca llegan.
¡Estás tú tan distante
y en mis manos cadenas!
La esperanza es ahora
el motor de la marcha,
es el navío sobre la mar,
es el camino palpitante;
mi sueño, mi despertar,
mi prisa, mi espera.
Y tú mi amor, mi pasión,
mi tiempo, mi lejanía,
mi confianza, mi ilusión;
dueña de un corazón
leal y capaz de todo
para destorcer la vida.