La trucha no mide la altura del río
solo lo remonta
y por tanto nosotros no podemos menos
deseamos lo bueno viviendo en las dificultades.
Siempre me pregunto
qué desearía en el paraíso...
En la infinita complicidad del pensamiento
demostramos la infame necesidad de ser Dios
alejándonos de esa \"elementicidad\"
original de nuestra construcción.
Eso nos hace básicamente disconformes
pero únicos en este universo.