Cuando el cuerpo se entrega a Madre Tierra
no termina del ser su noble vida;
su recuerdo en el alma se nos queda
como faro de luz que siempre brilla.
La bondad que sembró con gran nobleza
es jardín que florece cada día;
y que ofrece el aroma que conserva,
de la rosa, su esencia más divina.
Es por eso que Ruth será diamante
que ilumine con rayo de ternura;
pues jamás su fulgor podrá apagarse
porque deja su estela que relumbra,
con el aura que Dios quiso otorgarle,
donde nace de amor, brisa fecunda.