sí, ella se fue; deprisa y olvidadiza.
Dejó su silueta escurridiza, el eco de
su risa, los suspiros y "te quieros"
y mil cosas mas que se agolpan
en mi cuartucho, confinándome al rincón
hoy inhóspito, donde una vez nos juramos
eterna felicidad.
Sí, ella no está; en su lugar
hay fantasmas y sabores, estrellas sin luz,
llantos ahogados en orgullo y mil cosas más.
Ahora que vienes, noche, en tus brazos
pongo todo lo que olvidó, todo; incluido
el ángel que invente con su nombre...
Llévatelo noche, llévatelo.