Eres el dulce sociego, que poco a poco penetra en mi interior, haciendo encender la mecha que escondida está bajo las capas de mi ser.
Tu visita es inesperada, llegas y cálidamente te posas en lo más alto de mi persona .
Sutilmente como una suave brisa penetras llegando hasta el pasadiso a mi corazón. Ya cansado tranquilamente te sientas y reposas, no sin dejar de vibrar dentro.
Paseas y jugueteaa dentro de mi vientre, como un pequeño e incandescente cometa volando por los cielos de mi interior.
Ya satisfecho de tu viaje vuelves a elevarte y recorres el mismo camino de regreso, brotando como una dulce fuente de gozo llena de amor.