Isaac IMOS

Viejo otoño, duelo de la verdad y el desastre

Los vientos me daban la sospecha aquel día,
era un inicio infernal de otoño,
donde la luz y las almas me olvidaron
estaba caminado en un hilo a una caída

 

Exploto una guerra en mi ser
y el desprecio se apodero de mí,
cuando tú siniestro sigilo
te acercaste demonio de mis amores

 

La sorpresa me supo a muerte
y tu dominio era sulfuro, 
mis ojos y miradas eran azules
encarne mi dolor y tú el gozo

 

sabía, no debí ser en el momento
pero...

 

tu triunfo era débil e inapropiado
eras como la presa vestida cazador
y un hielo que podría arder
tu brillo era como un carbón

 

Yo era la flama de tu derrumbe
un fuego transparente y débil,
en el tiempo me consumí,
eras el ente muy corrosivo

 

Imagino nuestra explosión
con la venganza perfecta
tras la verdad oscura,
desorden era tu rostro

 

Te veía alicaído y derrotado
por mi letal estela
era un filo deletéreo
solo quería tu vida tocar

 

Te deje ir en la eternidad
pulcro de mi en lo infinito
impune sería mi sollozar
justicia dejaría ir del arrepentimiento

 

Maldigo mi ser de la intención
con pena del pecado ausente,
sin culpa sólo con deseo,
libre de ti sin olvidarte.