Democracia electoral, princesa de regios atuendos
te acosan hordas primates de pretendientes
corriendo muy veloces por tus cálidas galas
camuflando briosas y mercantiles intenciones.
Tu amado trono por ahora la Sala Asamblearia
y en los acuerdos bandoleros de la Corte
un saltarín mercado de las pulgas
que a mil dólares cotizan transfuguismos.
¡Pobres! Los invistieron con una lista,
enseguida cambiaron de patronos
que la supervivencia es dura y mucha
y en los badenes caen antiguas honradeces.
Democracia electoral, princesa,
dime, señala nuestros desorientados pasos
que nos devora la eutanásica impaciencia
ante el potente vigor de las mentiras.
Democracia electoral, princesa,
Inspiradora de la criolla glasnot
¿a quién reclamamos por actuales desvaríos?
Al que se engaña y compra... o al tahúr transgresor.