Alfredo Saez

-Princesa, no te dejes prostituir.

Democracia electoral, princesa de regios atuendos

 te acosan hordas primates de pretendientes

 corriendo muy veloces por tus cálidas galas

 camuflando briosas y mercantiles intenciones.

 Tu amado trono por ahora la Sala Asamblearia

 y en los acuerdos bandoleros de la Corte

un saltarín mercado de las pulgas

que a mil dólares cotizan transfuguismos.

¡Pobres! Los invistieron con una lista,

enseguida cambiaron de patronos

 que la supervivencia es dura y mucha

y en los badenes caen antiguas honradeces.

 Democracia electoral, princesa,

 dime, señala nuestros desorientados pasos

 que nos devora la eutanásica impaciencia

 ante el potente vigor de las mentiras.

Democracia electoral, princesa,

Inspiradora de la criolla glasnot

¿a quién reclamamos por actuales desvaríos?

Al que se engaña y compra... o al tahúr transgresor.