Guardián De Ángeles

Por amarla de esta manera

Cual Juglar de versos,
en acoso, con alas
prestadas en tu cielo
sobrevuela mi alma,
tallando recuerdos
en tu pensamiento... vitalicio
es mi amor en tu abrigo;
en acto perdurable,
vivo en ti y tú en mí,
expresiones de ensueño
circundan nuestras mentes,
la madreselva se eleva
nutrida de pasión
acrecentando los deseos,
en la febril custodia
de tu sutil intimidad,
cada día te amo y te amo,
eres ángel y virgen
de todos mis anhelos
incorpóreos... te amo,
mi sangre en ebullición
reacia me exige palpar
tu impoluta sensualidad,
y tu nombre aclamo,
pues te pretendo, mi bien,
para nuestra eternidad.

 

En la invasión beligerante de sublimes sentimientos,
el parapeto de mi corazón se trueca endeble,
ante quien comanda la conflagración en mi contra,
bello ser que es el motivo tan esplendente de mi amor;
y por eso, aún con ilusiones yertas,
la simiente incrustada en mis llanuras
tras los embates, florece en margaritas
de alegría a pesar de los días grises.
Así, la fiereza en la entrega de mi amada
funde la resistencia de su hazaña,
la que en su centro mismo
se mantenía contenida;
porque el acoso fervoroso del adonis
ha encendido el flamante deseo en ella
de la más sublime erupción.
Por eso la amo, en embestidas incontenibles,
-ya lubricadas con la lava- que se incrustan
hasta el centro mismo del planeta de su arrebato,
que luego explota en el volcán expansible
de su sensualidad inigualable, la que me gusta
y propicia mi descontrol en lo inaudito del éxtasis.
Siempre que -como varón- amo así,
con ese romanticismo de caballero,
cada suspiro por mi amada es la última exaltación;
y cada vez, se libra una apuesta por cada suspiro dado,
en la que se arriesga por ella el todo por el todo,
sólo por amarla de esta manera,
sólo para mantenerla a mi lado.

 

Mi felicidad tan duradera se encumbra
sobre las ruinas de los infortunios luego de la catástrofe,
para ser feliz en la reconstrucción
que garantiza en mi alma una estructura más estable,
para permitirme amar sin miedo;
cual hidalgo que sabiendo que su amada:
en la vez aquella que se entregó al amor
de un garbo romántico y trovador,
y que aun amándolo,
por él fue injustamente correspondida,
el caballero la ama más, porque ello es muestra palpable
que ella ama por encima de todo y de todos,
que al amar es capaz de arriesgar la vida.
La persona que ama así, enseña,
todo aquello que sabe ha sido para bien,
-que en la entrega incondicional está la dicha plena
y por el bien de la persona amada
comparte con ella sin miramientos;
y así, sujetos de la mano a pesar de la distancia,
los amantes unidos se complementan
aun si en todo fueran dos polos opuestos.
Por eso sin importar lo mucho o poco...
-si pertenezco a los cuerdos o a los dementes-,
mi bien, me has amado,
sin reparar edad, distancia, circunstancias,
ni heredad, en la inmensidad del tiempo,
-sin pedirte nada todo me lo has dado
y... nos amaremos hasta el final de los días,
más allá de la eternidad de la vida
porque así lo quiso nuestro designio... la inmensidad,
-permitiendo que seamos uno, dejando de ser dos-

 

Solo tú eres la inefable sensación
en el devenir del tiempo
y el espacio en el etéreo universo
que desde tu ser me inspira
con este amor, en un juego mortal,
el estremecedor anhelo de amar,
porque aun siendo el último acto en mi existencia,
vivo para morir...
y darte vida aunque me mates,
porque en la muerte por ti hallo mi complacencia;
así, yo amándote gobiernas mis pensamientos,
mi razón de ser... mis sentimientos,
muero, y por darte vida, por hacerte feliz...
y porque felizmente soy tu presa,
-gustosamente muero de amor por ti-;
por ello nuestras mentes se comunican
en un lenguaje que sólo los dos sabemos,
porque eres: mi hoy eterno, mi verdadero amor...
y soy yo: el alma merecedora de tus \"te amo\'s\".
Esta es la obra maestra llamada AMOR,
en la que tu ternura y mis caricias,
se unen para amarnos, bajo la bendición
en la que nos ha unificado el creador.