Mauma

Me di cuenta (tarde) que me faltas

La vida nos jugó una mala pasada,
justo en una etapa por los dos soñada.
Y yo, inútil, que tanto te reprochaba,
que mi espacio en determinados tiempos
no respetabas,
porque tu amor como café intenso me entregabas.

Ahora que me quedo solo,
amor, no hago otra cosa
más que sentarme y esperar.

Esperar cada punzante segundo
con la ingenua ilusión de verte llegar,
de verte reír y que dé un impulso te me eches a abrazar.
Si supieras cuanto extraño que grites al cantar
o que al besarme en un cálido viento me hagas volar.

Ahora que me quedo cada vez más solo,
que con el silencio me trastorno,
que entre la gente y el barullo
desesperado te rebusco,
me doy cuenta que me haces falta.

Duele, duele bastante no tener nada.
De a poco mi llama se apaga
y cada vez duele más esta roca en mi garganta.