Freddy Kalvo

¡Ay viento!

¡Ay viento de los amores!

que el espíritu refrescas

tan profundo,

como aroma de las flores,

en las sombras tan dantescas

del submundo.

 

¡Ay viento que sopla fuerte!

retozando con las nubes

que avanzando,

su lluvia puede verterte

y al cielo tu grito subes…

¡Festejando!

 

¡Ay viento con tu frescura!

que acariciando va el alma

con sus penas;

tú la llenas de ternura,

llevando la vida en calma,

sin cadenas.

 

¡Ay viento, ya no te miro!

mas sin embargo te siento

agradable.

A natura yo la admiro

y a Dios por su sentimiento,

confortable.

 

¡Ay viento de la montaña!

que hace bailar arboledas

con su canto.

Cantan pájaros y extraña,

si con su trinar no quedas,

sin quebranto.

 

¡Ay viento que llevas hojas!

volando libre a los valles

alfombrando,

con los matices que arrojas

veredas, sendas y calles

vas pintando.

 

¡Ay viento de seca duna!

que levanta polvareda

tan serena,

resplandeciendo la luna,

como en un lienzo de seda,

con luz plena.

 

¡Ay viento de las tormentas!

que mueves los sentimientos,

como palma.

Toca y déjalas contentas,

libres de resentimientos,

en el alma.