Viajo por tu sangre
como quien viajara
por una extraña manta,
densa, opaca, neutra
iniciando mi cuerpo
a las estrechas aberturas
del tuyo. Viajo en tropel,
gastando las paredes viejas
de tu carne, de tus arterias;
y en las venas, me detengo
a poner un jazmín de húmeda
fragancia.
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