Anidare, como pájaro cansado
En tu ombligo de miel
Agotado,
Consumido de explorar
Las febriles costas de tu cuerpo
Lánguido e indescifrable
Bajo el manto sin escrúpulos de tu piel de caña
Anidaré, hasta que la mañana borre
Con su brisa las estelas que dejaron mis labios
En tu espalda desértica
Las huellas culposas
En la infinidad embriagante de tus piernas
Anidaré entonces en tu ombligo
Pero como quien se acuartela
Acecharé desde tu piel de caña
Como salvaje hambriento
Deseoso de carne
De tu carne
Y correremos
Con tu sudor y mis besos
A la mañana intrusa
Y el sol se asomara por tu cintura mucho más tarde