Verde me rodea
en el fondo y
en el frente
de la casa
en el verano
con plantas
del aire, de suelo
y de manos.
Verde de poesía
que canta sin miedo,
que llora con bríos,
que juega de pronto
con tanta energía
que vuela por siempre
con flores del valle
y hojas con las ramas
todas en el mismo
árbol de la vida,
de paz y de abismo.