La brisa de la nostalgia
llegó vestida de tu lejanía,
entró por la ventana de mi alma;
lentamente,
despertó las brasas del recuerdo;
avivando mis sentidos,
el fuego
que dejó tu pasión.
Allí,
oculto,
estaba el amor
que brotó mágicamente
como un nuevo amanecer
para disipar la oscuridad;
dejando al descubierto tu presencia
que le devolvió el color
a mi existencia.
Mi soledad
juega con el ayer;
mientras el hoy me invade
con el disfrute de tu cuerpo.
El tránsito
por la tiniebla
nunca fue un castigo,
era simple aprendizaje
hacía la plenitud de la luz.
La vibración de paz
separó las aguas tóxicas
que me ahogaban.
El reptil
que habita en mí,
ferozmente buscaba el mal;
los instintos primitivos florecían.
La inmensidad de tu amor
cambio mi ruta
hacía el supremo bien.
Soy flor de loto
que escapó del barro.
Mi mente
se liberó de la esclavitud
para volverse mi maestra.
Tu amor
venció la noche,
nuestro mágico encuentro
me liberó de la soledad.
Te quitas
el traje de la pasión,
con tu mirada llena de calma
me das la comprensión
de tu amor profundo
de tu entrega total.