A MI MADRE
Supiste enarbolar aquella infancia
con besos, con caricias y consejos
y hoy llevo en la memoria la fragancia
de recuerdos que nunca se harán viejos.
Es claro que a pesar de la abundancia
el tiempo a esa etapa lleva lejos,
pero siempre al amor con su elegancia
retiene a cada instante en los pulpejos.
Sembraste a cada paso mi camino
con perlas arrancadas de tu vida
conciente por forjar otro destino.
La dicha aún es grande y no se olvida
un afecto de Madre tan genuino
por lograr en mi alma una guarida.