Verde es la hierba prístina
que acariciada por el rocío del alba
impregna con su singular aroma en rededor.
Verde es la selva impoluta
que se ha mantenido
a la arremetida del hombre
y ondea en los altos árboles
orgullosa su color.
Verde es la esmeralda preciosa
que se extrae del pétreo suelo.
Verde son tus ojos mulata,
que cuan esmeraldas brillantes
reflejan aquella selva interna
e indomable que tienes por alma,
y que tus ojos proyectan
a quien te mira.
Verde se tornan mis ojos
cuando miran perdidamente a los tuyos.