Tú que siempre me hablas del cielo y de Dios,
Que el paraíso te espera para la eternidad,
Que no hay cosa más grande que el creador,
¿Acaso conoces tú a quien tanto mencionas?
No, no lo conoces ni nunca lo verás, ese es
Un mal bicho que te metieron en la cabeza,
Difícil será que te lo quites, que lo olvides,
Mala herencia te legaron tus ancestros.
Sin embargo no te has dado cuenta que,
En ésta parte del camino soy yo quien
Te lleva la gloria, a quién le dices ¡Dios mío!,
Cuando en mis brazos de placer desfalleces.
Quien entre caricias y besos te vuelve a la vida,
Aun cuando tu cuerpo cansado, resbala de
Entre mis brazos, plena de gozo, paz y sosiego
Como si estuvieras en el edén.
Delalma
05/07/2020