¡Pasión!; tu que dejas exhausta la vida,
donde languidecen frías he inertes las noches,
historias en venas abiertas como ríos de lava,
corazones embriagados de besos delirantes.
¡Pasión!; imperturbable han de ser tus instintos,
llevando cuerpos al edén del fuego,
donde se vaporizan los sueños más intensos,
en una tempestad furibunda de abrazos y caricias.
¡Pasión!; que detrás de tus ojos fuego rubí,
los huesos se esparcen como el polvo,
y la piel cautiva cae sobre un verso sublime,
un verso nunca antes escrito jamás.
¡Pasión!; latiendo enervados todos los suspiros,
suspiros temblorosos, suspiros frágiles, suspiros no nacidos,
laberinto de tiempo y locura excitando sus sombras,
hasta que la noche; abandone sus cuerpos, en la más absoluta levedad.