Háblame De Ti
Sádica, in fraganti superflua
Sabiendo todo y nada sobre ti
Me decidí a merodear tu congelada alma
Suprimidos sueños e ingenuos sentimientos
Destronados por el tiempo
Presionados por tu mismo cuerpo
Misma historia y mis llanos labios
Y no fue que los buscara, fue que me perdí por ellos
Perdí mi decencia por encimarme
Surcando por las laderas de tu cuerpo hasta cansarme
Y Sin tiempo alterno entre tus latidos
Fue mi terreno tu cuerpo y mis maniacos sentimientos
Fueron campos de maíz
Tendidos en un atardecer en la pradera
De los cuales remontan alas a los seres
Ambulantes por los ruedos y carreteras
De aquellas mismas eras
Transcurridas en el tiempo
Al destierro de mi cuento
Que termina siempre, en este mismo encuentro
Lápiz, aire y papel que jamás te olvidan
No como aquellas palabras tantas veces dichas
Que dejamos por vaciar al campo
Y a la fecha de mi embargo
Sin efecto presiento lo que siento
Sin siquiera sentir todo esto tanto como en aquellos tiempos
Recordarlo no me encierra, pero hace perder la fuerza de mi letargo
Siendo el presentimiento más sincero, haberte amado sin sufrimiento
No espero olvidarte, como los cuentos de aventureros
No pienso pensarte, a la hora de a mi elegida besar
Mucho menos, soñarte cada cuando, el desvelo sea insistente
Pero hablare, escribiré, sin siquiera un momento por mi corazón pasarte
Serán recuerdos inmersos en mi mente
Y es que me es imposible volver a sentir lo que en otro tiempo llegaron representar
La jerarquía de la idea será siempre la enmienda a promulgar
Y darle la importancia a lo aportado, en ese gran pasado me importara
Mucho más de lo que muchos me han podido entregar
Muchas Gracias Por Tu Espacio
La Inspiración Promulgada Jamás La Dejare De Desperdiciar