Te advertiría acaso la variedad de males que poseo, como el evocar la perfección siendo yo un nudo de cavilaciones altamente exageradas, un ego que se arropa en mis complejos, sentir que nada vale altamente la pena. Pero para qué, si con mis virtudes tengo para que me abras la puerta. Mi espíritu no depende de lo material, va mas allá del físico que nos acompleja, el arte que rebota en las manos de los escondidos. De la vida no tengo mas aspiración que encontrar paz amarrada en la naturaleza, aunque eso me cueste la soledad a estar con cualquiera.