Sepulcro Beltran

Burn

 

 

Tantas veces tu tuve y otras pocas te perdí, tantas veces me hablaste, y yo no estaba ahí.

 

Hoy como un loco te pido, que no vuelvas, que mis letras no empañen tu retina, pues mi voz ensordece tus oídos, tus ojos, que èste frio del norte han cegado ya no me observan más y tus labios ya no saben a nada, pues tienen el sabor de la bella muerte.

 

Sólo queda mi sillón viejo, ese donde tantas lunas fuiste mía, y las estrellas y demás cuerpos celestes fueron testigos de los gratos e inolvidables momentos que vivimos, juntos como locos y en ocasiones distantes y perdidos.

 

Hoy las llamas que lo están consumiendo, lo están abrasando, son las mismas que me consumieron por dentro, quemaron mi alma y mi voluntad.

 

 

 

 

Eternas Lunas-.