El frío respirando sobre la piel,
la tarde perezosa y entrometida
murmurando indecencias a la pared
y la carne a las ganas sometida.
Nosotros deambulando tan desnudos
en los ojos del deseo febril,
mientras la ropa amenaza con tapujos
arruinarnos este día de abril.
Nos acechamos impacientes y presos
de un abismo tejido en devoción
a lo que el pudor arrebata con celos
para privarnos de satisfacción.
Pero dos cuerpos al contacto se encienden
cuan ansiosa llama que vino bebe
y energía libera sin detenerse,
brotando de sí sudor que la cebe.
Y las piernas se entregan a la fricción,
las manos presionan todo a su paso,
los labios recorren buscando calor,
la sangre dilatando cada vaso.
Como fogata en cueva desprotegida,
este roce desafía este tiempo
refugiando su ambición a la deriva
entre contracciones de un mismo tempo.
@lacalledelverso
#gabrielespinoza