Conocerte fue osadía entre huracanes
porque fuiste melancolía entre silencios,
fuiste raciocinio entre malos pensamientos;
porque fuiste luz de luna reflejada en guayacanes.
Fuiste perfección, yo te creía una quimera;
fuiste la lección del niño malo que no aprende;
un corazón que de enseñanzas nunca entiende;
fuiste la razón de noches pasadas en vela.
Fuiste melodía, sí, pero una de amor
en la que estuve aletargado largamente,
deambulando sin hallar aliados
con el corazón sobre las manos,
porque cruel y desgraciadamente
solo conservo alicientes que me saben a dolor.