\"El amor es un humo hecho con los vapores de los suspiros\"
W. Shakespeare
Al bies de un parpadeo
se ligan por el vínculo
los iris más oscuros
con ojos de berilo.
Y flota en el ambiente,
volátil, y cautivo
del tembloroso pecho,
el hálito divino.
Del corazón el soplo,
que exhala peregrino,
vagando hacia las nubes
del cielo gris plomizo
va en busca del aroma
fútil de los gemidos,
que exclaman en susurros
de alientos antes líquidos:
¡el amor es un humo
hecho con los suspiros!
El tímido jadeo
que nubla los sentidos
se eleva vaporoso
e inflama los flüidos
de cuerpos que se anhelan
si sienten los sonidos,
convulsos y agitados,
del turbador latido.
Ligero y gaseoso
es el grisú explosivo
de la pasión etérea
que funde los destinos.
Desvelan los cristales
con letras al capricho
del inconstante vaho
que oculta lo ya escrito:
¡Que el amor es un humo
hecho con los suspiros!