En una noche marina contemplé
como viajaba la brisa
y con ella la fresca luz de la luna.
Así pude contemplar la belleza
y la armonía que el instante me ofrecía.
Noche con la brisa densa y templada,
las estrellas nos regalaban su sonrisa,
es un regalo, es una fortuna,
es un obsequio de la naturaleza.
Y con brevedad escuché lo que decía.
Que en la oscuridad amena mezclé
los ritmos y fui muy precisa,
cada nota, una odisea muy oportuna,
cada una, colocada con destreza
pues a cada punto sombrío yo pertenecía .
La gama del aura crepuscular que tiemble
muy despacio y sin prisa,
quedará plasmada como ninguna
en la noche marina llena de riqueza.
UNANOCHEPARASOÑAR
©Violeta