Vaga mi alma errante
por el espacio etéreo
de las cosas,
sin reposar...
ni posarse apenas un instante,
en la cala infinita
de su rezo.
Entre dádivas
y caricias desposadas
levemente y en sus miserias,
vaga mi sueño
en la nada desasosegada
del crepúsculo,
entretenido
muy plácidamente...
apenas un segundo,
en la grandeza
edificante
de todo su vacío.