Lourdes Aguilar

LA MONTAÑA

Cuando las sombras me niegan su descanso

y permanezco impasible

erosionada por tanto hastío

oigo tus palabras abriéndose paso

tan próximas, casi al oído

te quiero, te amo...

 

El áspero viento se torna fresca brisa

acariciando la milenaria roca

en la oscuridad, en el silencio

me estremecen tus dedos de espuma

algo en mí bulle y se agita

te quiero, te amo…

 

Tus labios escalan mis muslos

poco a poco se acercan

exploran, taladran, penetran

abriendo fisuras

exponiendo estigmas por todo mi cuerpo

te quiero, te amo…

 

Llegado a la cima enarbolas tu bandera

el granito se licúa, se funde

al contacto de tu abrazo

sinuoso como río, abundante como mar

mi voz fosilizada resucita a la crisálida

 

Me hundo en sueños celebrando

te quiero, te amo...