El verano pide
que esté tan podrida
de que nada pase
cerca de mi vida,
que todo lo veo
desde el nacimiento
de un chico muy lindo
entre la comida,
el sol veraneando
y el aburrimiento
que empuja una herida,
al delantal blanco
de escuelas vencidas
que sola me acuerdo y
que añoro aburrida.