El aroma de tus aterciopelados pétalos
tejió en mi corazón rojos hilos de seda,
con tu verde mirada fuiste hiriendo mi alma
e hilando mi amor con tus cálidas esencias.
Delicadas fragancias besaban nuestro amor
entre los frágiles dedos de la madreselva
aquellas apacibles noches en que los dos
libábamos los efluvios de la primavera.
Caminamos por verdes sendas perfumadas
de heliotropos, jazmines y blancas azucenas,
enlazadas nuestras almas radiantes
con perfumados anillos de fragantes cadenas.
Anoche la sonrisa azul del aura alada
te arrastró hasta la última estrella
y mi sangrante corazón quedó llorando
por el aterciopelado aroma de tu ausencia.
En las alas del viento