Déjame contemplarte una vez más,
como si el mañana no existiera,
como si se nos acabase el tiempo.
Déjame contemplarte con tu belleza inmensa,
con tú sonrisa suave,
con tu ternura ingenua.
Déjame contemplarte como siempre,
como sueño exquisito,
rodeada de tu desnudez y tus cabellos,
déjame contemplarte con tu piel a flor de luna,
en la noche extensa plagada de sueños y deseos.
Déjame contemplarte en la mañana exquisita,
extasiado de placer,
cansados de amor con locura.
Déjame contemplarte en el jardín de mi patio,
entre las flores hermosas, tu belleza despunta,
jugaremos como niños a las escondidas,
o a que tu corres y yo te atrapo.
Déjame contemplarte como siempre,
hoy y mañana, cada día y cada noche,
todos los días son buenos,
cuando logro contemplarte,
que sería de mí sin poder contemplarte.