Fui a votar por un político,
y te vi dando la vuelta por la esquina.
Te llamé, cómo no, negrito.
Mi morenito, te mentía.
Compañía te hice, en tu voto.
Llevabas ambos \"DNI\" en la mochila;
porque uno se vencía, y habías perdido el otro.
Ay, apresuré al de la mesa y dejaste firma.
A la vuelta almorzamos juntos,
cuánto me confortó tu compañía.
Tú votaste, con \"DNI\" trucho;
yo escuché un comprensivo consejo en tensos días.
No sé si te acuerdas de esa vuelta,
con \"Juampi\" y los chicos, al mediodía.
Regresando de entrenar, nuestra estrategia;
al peso del bolso con el equipo, lo compartías.
Un compañero bromeó, que éramos pareja.
Que yo nunca te miraría, tu respuesta.
Y ahora me causa risa, esta dulce tragedia.
Éste era un secreto, lo anuncio antes de que muera.
Me gustas, negrito, así de colega.
Me gusta de tu voz la melodía,
y que no finges ser fuerte, de piedra.
A lo lejos podría reconocer tu silueta.
Y aquella vez, no sé si te acuerdas;
que llegaste corriendo, agitado.
Con mi nombre en la boca,
y mis mejillas contentas.
Sentí un punzante flechazo,
que de sangre me desborda.
Me gustas, negrito, así de renacuajo.
Cómo ves a futuro, y cómo boleas la bocha.
Me olvidé del político, y te voté a ti con todo tu encanto.
Pero me falta valor para dejar de ser silenciosa.